& CARVAJAL / EL ESTRUCTURALISMO
El estructuralismo
Estamos en este caso en
presencia de un modelo teórico que orienta en el vector sincronía-subyacencia
de nuestro cuadro.
No se va a interesar por la
dimensión histórica sino por los aspectos
universales atemporales de la conducta humana. A diferencia del
funcionalismo, no se va a abocar al estudio de la red visible de relaciones sociales sino a la búsqueda
de la lógica profunda que subyace en los sistemas socio-culturales.
Se
reivindica la universalidad del pensamiento humano, el cual funciona para el
estructuralismo como un operador binario. Se postula la universalidad de las formas estructurales
(invariancia universal) y se indaga acerca de las causas de las
reglas de transformaciones (distintos contenidos).
El
principal representante y a su vez inspirador del Estructuralismo antropológico es Claude
Lévi-Strauss (1908), antropólogo belga cuyas principales obras han sido hasta
ahora Las Estructuras elementales
del parentesco (1949), Raza
e historia (1952), "Tristes trópicos" (1955), Antropología
estructural (1958), El totemismo
en la actualidad (1962), El
pensamiento salvaje (1962), Mitológicas (1964) La
vía de las máscaras (1975), Mirar, escuchar,
leer (1983), Palabra dada (1984), La alfarera
celosa (1985) e Historia de Lince (1985).
Los
antecedentes del pensamiento levistraussiano se encuentran
fundamentalmente en la lingüística de Saussure, el formalismo ruso de Propp y las
formulaciones del Círculo de Praga.
En el caso de Ferdinand de
Saussure (1857-1913), resulta fundamental la idea de que el lenguaje siempre es
un objeto doble en donde todo se halla definido mediante términos enfrentados:
articulatorio/acústico; sonido/sentido; individuo/sociedad; lengua/ habla;
material/insustancial; paradigmático/sintagmático; identidad/oposición;
sincrónico/diacrónico; significante/significado. (SAUSSURE: 1979).
En el trabajo de Saussure
encontramos anticipaciones muy precisas del pensamiento levistraussiano: "Aquí
está esbozado lo que sería una
constante básica en la historia del estructuralismo: comprender el objeto no en su apariencia
sustancial sino en sus aspectos
relacionales; abandonar las sustancias para atenerse a las formas,
pero sin hipostasiar a estas últimas relegando los contenidos (formalismo); más
bien aceptando el carácter inescindible
de la entidad-forma-contenido en medio de la trama de relaciones
que la constituyen" (SAZBON: 1984).
A la
luz de dichos postulados hay que interpretar el análisis que Lévi-Strauss realiza de
la Morfología del cuento folklórico de Vladimir Propp (1928).
En él se señala el carácter formalista de la perspectiva del autor ruso y se
llega a afirmar que "el formalismo aniquila su objeto "(LEVI-STRAUSS:
1982). Pero a pesar de dicha crítica, se trasluce la simpatía
intelectual que Lévi-Strauss experimenta por
el modelo de Propp (NICCOLINI: 1982). No hay que dejar de
considerar en tal sentido, que el trabajo del ruso era coincidente en líneas
generales con los principios de la fonología que enseguida puntualizaremos.
En el Círculo
Lingüístico de Praga (fundado en 1926) participaron tres
investigadores, también rusos, cuya influencia resulta capital pata el estructuralismo
antropológico: S. Karcevski, R. Jakobson y N.S. Trubetzkoy. A través de su
trabajo en el Círculo, ellos instalan la noción de estructura como principal
objeto de los estudios lingüísticos, propiciando "un método que
permita descubrir las leyes estructurales de los sistemas lingüísticos y de su
evolución y también concediendo un fuerte impulso a los estudios
fonológicos (SAZBON: 1984).
Precisamente, el trabajo de
Lévi-Strauss se va a inspirar en los cuatro rasgos fundantes del método
fonológico, formulado por Trubetzkoy:
1) estudio de la estructura
inconsciente de los fenómenos lingüísticos a partir de sus manifestaciones
conscientes;
2) análisis de las
relaciones entre los términos, rehusando tratara éstos como entidades
independientes;
3) estipulación de los
conceptos de sistema y estructura; y
4) formulación de "leyes
generales" buscando establecerlas por inducción o por deducción
lógica.
El contexto histórico-social
de surgimiento del estructuralismo antropológico está fundamentalmente marcado
por el reordenamiento mundial experimentado como consecuencia de la finalización
de la Segunda Guerra Mundial. El período de descolonización que a partir de
entonces se produce es un hecho relevante del mencionado proceso, que sólo
puede ser interpretado en sus vinculaciones con el desarrollo y puesta en
práctica de nuevas formas de dominación que no necesitaban de la presencia
política directa de las naciones imperialistas.
La etapa de post-guerra como
la precitada, propiciadora de la paz
mundial y de un humanismo descolonizador, era un campo fértil para el surgimiento de una teoría social
cuyo objeto principal fuera el estudio de las estructuras
universales de la mente humana y de sus fundamentos psico-lingüísticos.
El punto
de partida del estructuralismo se encuentra en la siguiente noción principal:
existe una lógica del pensamiento humano
que, basándose en estructuras innatas de la mente, produce formas
universales.
Otros supuestos básicos se
despliegan desde esta idea central, por ejemplo:
1)
Se debe buscar la estructura inconsciente y subyacente a cada
institución o a cada costumbre (LEVI-STRAUSS: 1982);
2) El
sistema de la lengua es el modelo respecto del cual se miden el resto de los
sistemas sociales de significación. (BARTHES: 1967);
3) Toda
obra debe ser considerada sólo como manifestación de una estructura abstracta
mucho más general, de la que ella es una de las realizaciones posibles (TODOROV: 1968); y
4) La
cultura constituye un conjunto de sistemas simbólicos (este
carácter simbólico y la función comunicativa que implica legitiman el rol
predominante de la lingüística respecto de la antropología y las demás ciencias
humanas). (RUWET: 1969).
La lingüística va a
convertirse en una ciencia madre, cuya influencia
se hará sentir no sólo sobre los métodos de descripción y análisis
sino también sobre la propia concepción del objeto del análisis estructural. En palabras de Lévi-Strauss
la cultura se define en estos términos: "la cultura
puede considerarse como un conjunto de sistemas simbólicos que tienen situados
en primer término el lenguaje, las reglas matrimoniales, las relaciones el arte, la ciencia y la religión. Estos sistemas
tienen como finalidad expresar
determinados aspectos de la realidad física y de la realidad
social, e incluso las relaciones de estos tipos de realidades entre sí, y las que estos sistemas simbólicos
guardan los unos frente a los otros" (L-S:
1950).
En
función de lo dicho, en donde la cultura emerge como un sistema de signos,
Lévi-Strauss propone realizar una fonología de lo social y de lo cultural
(L-S: 1979). La antropología en esta perspectiva, tiene una misión
precisa: estudio científico de los productos culturales generados por las
operaciones del intelecto, ya que las operaciones mentales o
estructuras representan el significado real de la cultura.
Todo
apunta a lograr una explicación lógica de la organización social,
buscando los sistemas de reglas inconscientes que deben ser explicitados
mediante la construcción de modelos estructurales. Respecto de la
definición de la estructura y de los problemas inherentes al
método para estudiarla, se pueden leer en la Antropología
estructural las siguientes estipulaciones:
"El
principio
fundamental afirma que la noción de estructura social no se refiere a la realidad empírica, sino a los modelos
construidos de acuerdo con ésta.
Aparece, así, la diferencia entre dos nociones tan próximas que a menudo se las ha confundido;
quiero decir; las de 'estructura social' y
de 'relaciones sociales'. Las 'relaciones sociales' son
la materia prima empleada para la construcción de los modelos que ponen de
manifiesto la 'estructura social' misma. Esta no puede ser reducida, en ningún
caso, al conjunto de las relaciones sociales observables en una sociedad
determinada (...) Se trata entonces, de saber en qué
consisten estos modelos que son el objeto propio de los análisis
estructurales (...) En efecto, pensamos que para merecer el
nombre de estructura los modelos deben satisfacer exclusivamente cuatro
condiciones. En primer lugar, la estructura presenta un carácter de sistema.
Consiste en elementos tales que una modificación cualquiera en uno de ellos
entraña una modificación en todos los demás. En todo modelo pertenece a un
grupo de transformaciones, cada una de las cuales corresponde a un modelo de la
misma familia, de manera que el conjunto de estas transformaciones constituye un grupo de modelos. En tercer lugar,
las propiedades antes indicadas
permiten predecir de que manera reaccionará el modelo, en caso de que uno de
sus elementos se modifique. En fin, el modelo debe ser construido
de tal manera que su funcionamiento pueda dar cuenta de todos los hechos
observados" (L-S: 1977).
Levi-Strauss privilegió del
vasto espectro de sistemas simbólicos dos fundamentales para dirigir su visión
antropológica: las estructuras del
parentesco y las estructuras del mito. De su profundo trabajo teórico-investigativo van a
resaltar tres cuestiones centrales: la
invariancia universal, las oposiciones binarias y
las reglas de transformaciones.
Esas tres cuestiones se
nuclean en estas dos nociones claves:
1) lo
verdaderamente significativo para definir relaciones entre elementos u objetos son las diferencias;
el sistema de relaciones es a la vez, un sistema semiológico de oposiciones
significativas;
2) el descubrimiento de
las diferencias, es decir de las relaciones y del sistema, descansa sobre el
supuesto de la invariancia: las formas del mito o de las relaciones de parentesco descansan sobre un universal
(NICCOLINI: 1982).
Lo
anterior significa que la lógica del pensamiento actúa a partir de un operador
universal que ordena oposiciones binarias.
Este proceso da como
resultado formas estructurales universales para cada sistema simbólico del que
se constituye la cultura (invariancia
universal). Pero esas formas universales se expresan en
la realidad concreta de cada sociedad con un contenido particular que hace suponer desde lo meramente
empírico la existencia de comportamientos culturales esencialmente
diferentes. Las reglas de transformaciones significan el
desafío antropológico de explicar las causas
por las que a ciertas formas diversas les corresponden determinados
contenidos diferentes.
Existen dos temas sobre los
que el estructuralismo levistraussiano abrió
perspectivas realmente enriquecedoras: el origen de la cultura y
el pensamiento salvaje.
Respecto del primero de esos
temas, para Lévi-Strauss el surgimiento
de la cultura debe encontrarse, como momento lógico, en una circunstancia: el
universo de la regla. Esto es así, porque la estructura
del espíritu humano posibilita que sea el hombre el único animal que
puede producir sus reglamentaciones sociales y mentadas.
En Las
estructuras elementales del parentesco se consignan tres instancias relevantes del
espíritu humano:
1) la exigencia de la
Regla como Regla;
2) la
noción de reciprocidad considerada como la forma inmediata receptora de la oposición
yo-otro; y
3) el
carácter sintético del Don, lo que significa que la cesión de valores determinados entre
los individuos, transforma a estos
individuos en asociados (L-S: 1986).
De todo
esto, se establece que existe una regla esencial que determina el
pasaje de la naturaleza a la cultura: la regla de la prohibición
del incesto. No se trata de una instancia exclusivamente
cultural o natural, sino que constituye estrictamente un tabú: "La prohibición
del incesto no tiene origen puramente cultural. ni puramente natural, y tampoco
es un compuesto de elementos tomados en parte de la naturaleza y en parte de la cultura. Constituye el movimiento fundamental
gracias al cual se cumple el pasaje de la naturaleza a la
cultura "(L-S: 1986).
La prohibición precitada
implica, en sentido positivo, una simultánea prescripción, ya que si por un
lado se determina con quién no debe
aparearse cada integrante del grupo social, por el otro se prescribe con quién sí puede
(y debe) hacerlo. Esto es lo que posibilita la reciprocidad y el
intercambio de mujeres entre los distintos grupos, hecho que permite el
desarrollo de las sociedades evitando al propio tiempo su aislamiento,
debilitamiento y desaparición. Aquella regla del incesto y esa reciprocidad
concordante, constituyen en consecuencia
el hecho fundacional de la sociedad y la cultura.
En lo
atinente al pensamiento salvaje, la reflexión inicial es la siguiente: si la mente
humana funciona universalmente como un operador
binario que tiende a la constitución de estructuras que son, a su
vez, universales, los antiguos postulados que afirmaban que el pensamiento del
salvaje se encuentra en un nivel prelógico, deben ser rechazados
terminantemente. Levi-Strauss va a desenmascarar,
entonces, las falsedades de la denominada "ilusión arcaica". Esta se había desarrollado a la luz del paradigma
evolucionista y particularmente en el seno de la escuela
sociológica francesa. La característica
principal en tal sentido, es establecer la homologación entre el
pensamiento salvaje y el pensamiento irracional. Si bien tanto Durkheim como Mauss se preocuparon por
estudiar la capacidad
clasificatoria de las taxonomías primitivas, nunca dejaron de consignar el hecho de que el pensamiento
de los salvajes estaba al margen de las leyes de la lógica
(principio de identidad, de no contradicción, etc.).
Es así como Lévy-Bruhl llegó
a formular su conocida ley de participación,
según la cual el primitivo, al no tener capacidad lógica y distintiva, podía
considerarse, por ejemplo, hombre y pájaro al mismo tiempo. Si en el mismo contexto Frazer encontraba el origen del totemismo en la ignorancia por parte
del salvaje de la paternidad biológica, el propio Mauss presenta
una imagen del "mana" extremadamente confusa y en conflicto con las
leyes del pensamiento lógico.
Se critican dos aparentes
semejanzas capitales: la del neurótico con el shamán indígena y la
del pensamiento primitivo con el
pensamiento infantil. Desde esta perspectiva la ciencia occidental emerge como la verdadera ciencia y se
cancela toda posibilidad de reivindicar
el componente racional del conocimiento salvaje.
Lévi-Strauss
se va a oponer a ese planteo, formulando la idea de que entre el pensamiento
salvaje y el conocimiento científico no existen diferencias significativas. Se
parte de la base de que la naturaleza brinda un primer modelo de ordenamiento y
la mente humana aprovecha las ordenaciones y diferenciaciones naturales para
expresar las sociales.
Estos
enunciados tienen alcance universal, por lo que el pensamiento salvaje se
encuentra incluido en el modelo y, por lo tanto, la capacidad de unir y
distinguir y la aptitud de ordenación y constricción, son dos cualidades
esenciales de dicho pensamiento. En el capítulo "La Ciencia de lo
concreto", incluido en el libro El pensamiento salvaje se
plantean las siguientes ideas centrales:
1) La división conceptual
varía según cada lengua;
2 Un saber desarrollado
tan sistemáticamente no puede ser función tan sólo de la utilidad práctica;
3) Las especies animales
y vegetales no son conocidas porque son útiles sino que se les declara útiles
porque primero se las conoce;
4) Lo intelectual prima sobre
lo práctico;
5) Los agrupamientos de
cosas o de seres implican un comienzo de orden en el universo; y esta exigencia
de orden se encuentra en la base del pensamiento que llamamos primitivo, pero
sólo por cuanto se encuentra en la base de todo pensamiento.(LÉVI-STRAUSS. 1964
)
Por consiguiente, el
pensamiento salvaje encuentra su motivación en una actitud mental
verdaderamente científica, actitud que implica la
búsqueda del conocimiento por el placer de conocer.
En concordancia con las
ideas expuestas se va a formular otro de los aportes teóricos de la producción
levistraussiana, que es habitualmente reconocido como uno de sus méritos más
relevantes: su visión de las distintas humanidades.-
Levi-Strauss introduce el
concepto de diversidad cultural, oponiéndose a la concepción
etnocéntrica y eurocéntrica del pensamiento occidental, que tiende a juzgar a
las culturas "extrañas" a partir de sus propios modelos,
considerados los mejores o los mas desarrollados.
El tema es
prioritario: "No podría pues pretenderse haber resuelto
negativamente el problema de la desigualdad de las razas humanas si no se ocupa
uno también del de la desigualdad o la diversidad de las culturas humanas gire,
de hecho si no de derecho, está ligado estrechamente a él en el espíritu
público" (L-S: 1979).
Todos los grupos étnicos, de
una forma u otra, han aportado contribuciones específicas al patrimonio común
de la Humanidad. Pero esta contribución no obedece a una diferenciación racial
sino a circunstancias geográficas,
históricas y sociológicas que conformaron cada originalidad.
Precisamente, dicho patrimonio común no debe dar la imagen de una uniformidad
monótona, sirio que por el contrario se trata de una formación derivada de la
gran diversidad de sociedades y civilizaciones.
Lévi-Strauss
también va a sostener que la humanidad en progreso no debe concebirse como una
escalera en donde cada peldaño
representa un avance respecto del anterior. Por dicha razón, la historia
no es lineal porque no existe una única vía de desarrollo
evolutivo. En las sociedades humanas operan simultáneamente fuerzas que trabajan en direcciones opuestas (todas tienen
un doble sentido del progreso); unas tienden a establecer, mantener, e inclusive acentuar los particularismos (diversificación);
otras actúan en el sentido de la convergencia y la unificación
(homogeneidad). Parece ser, desde esta óptica,
que las sociedades humanas en sus relaciones mutuas requieren de determinado óptimo de
diversidad, más allá del cual no podrían ir, pero por debajo
del cual tampoco podrían descender sin peligro: "Por consiguiente,
la diversidad de las culturas humanas
no debe invitarnos a una observación fragmentadora o fragmentada. Es menos función del aislamiento
de los grupos que de las relaciones que los unen" (L-S:
1979).
También
critica los conceptos de "historia acumulativa" e "historia estacionaria",
afirmando que el primero surge cuando se consideran elementos de culturas
análogas a la del observador, es decir, cuyo desarrollo estuviere dotado de
significación para éste. El segundo, en cambio, sería el resultado de una falsa
visión al analizar una cultura sin
significado para el observador. Lévi-Strauss se opone a esta postura, que en ambos casos
trasluce tintes etnocéntricos,
diciendo que los significantes de una cultura no sirven para
evaluar los de otra.
Otra
virtud que se ha observado habitualmente en el estructuralismo levistraussiano, es
la contribución epistemológica que implica en la búsqueda de una
antropología científica. Esto lo expresa claramente Llobera cuando se
manifiesta partidario de las estrategias
dirigidas a la construcción de un objeto teórico-abstracto y de su axiomática: "Cierto que
Lévi-Strauss bien puede equivocarse al considerar a la mente
humana como el operador universal, pero no cabe duda de que si se
formulan hipótesis de este tipo —como
sugieren los empiristas— nunca podremos tratar de poner algún orden
a la diversidad empírica y aún menos aspirar a la formulación de leyes" (LLOBERA: 1975).
Con
respecto a las críticas que se le han formulado al estructuralismo
antropológico de Lévi-Strauss, las mismas han sido variadas y derivadas de horizontes
teóricos diversos.
Carvajal,
Julio, Juegos cruzados en el pensamiento antropológico. 1995.
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